No es la primera vez que viajo en avión. Tampoco es la primera vez que vengo a Brasil. Sin embargo sigo sorprendiéndome con el asunto de volar, lo que representa salir de mi país y ser parte de otro mundo. Dejarme inundar de conceptos que no termino de entender, cantos que quiero acompañar, sabores y humores que me asientan en esta latitud que ya conozco y no deja de parecerme nueva. Esta que cada vez es más mía.
Fue la segunda vez que vi de cerca los volcanes. La primera desde esta perspectiva.
Partí de la Ciudad de México hacia Lima, donde nada pasó. De ahí hasta São Paulo. En ese último tramo conversé con Stalin, un peruano consultor de prensa que quiere cambiar al mundo, conoce a Luismirey y pasará sus vacaciones de invierno en Río de Janeiro.
Majestuosos volcanes.
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