Aproximadamente cuatro días antes de hoy me quedé mirando un árbol. Durante la contemplación, me habló. Lo escuché detenidamente y pude notar que era un mensaje repetitivo. Valiéndose del viento, sus formas y colores me envolvió en la atmósfera de lo natural, lo perfecto. Lo que sufre al hombre. Lo natural.
Desafortunadamente no pude decodificarlo. No a través de las palabras.
Pero me habló.
No hay comentarios:
Publicar un comentario